A pesar de que la pionera Weblisten contaba con las bendiciones de la SGAE (gestora colectiva de derechos de autor) y de AEI (gestora colectiva de derechos de intérpretes y ejecutantes), vía pago de los correspondientes derechos de autor a dichas entidades de gestión, no pudo hacer frente al tropel de procedimientos judiciales entablados por las multinacionales del sector fonográfico y de su gestora colectiva, Agedi.
Cuando los representantes de los productores fonográficos persiguen y logran obtener el cierre de una fuente de ingresos para autores e intérpretes independiente de sus productores, y cuando una de las partes responsables de la extensión del canon por copia privada a todos los soportes digitales ya señala que la tarifa del canon por copia privada para cada soporte digital ha llegado a superar incluso el coste de fabricación, nadie debe alegrarse ya ni enojarse.
Lo único realmente sensato en estos momentos es meditar cómo se ha podido llegar a este escenario tan absolutamente irracional en el que, con tantos sectores afectados y tantos intereses en juego, ni siquiera el Gobierno, además especialmente sensible a los intereses de determinadas partes, tiene ya autoridad moral para poner orden y concierto en este inmenso puzzle.
La vía del diálogo entre todos los afectados, tal vez sea ya el único camino posible una vez llegados a este punto sin retorno.
Asociación de Internautas
1-6-2005
Cuando los representantes de los productores fonográficos persiguen y logran obtener el cierre de una fuente de ingresos para autores e intérpretes independiente de sus productores, y cuando una de las partes responsables de la extensión del canon por copia privada a todos los soportes digitales ya señala que la tarifa del canon por copia privada para cada soporte digital ha llegado a superar incluso el coste de fabricación, nadie debe alegrarse ya ni enojarse.
Lo único realmente sensato en estos momentos es meditar cómo se ha podido llegar a este escenario tan absolutamente irracional en el que, con tantos sectores afectados y tantos intereses en juego, ni siquiera el Gobierno, además especialmente sensible a los intereses de determinadas partes, tiene ya autoridad moral para poner orden y concierto en este inmenso puzzle.
La vía del diálogo entre todos los afectados, tal vez sea ya el único camino posible una vez llegados a este punto sin retorno.
Asociación de Internautas
1-6-2005