Los productores fonográficos apuntillan a la pionera de la venta de música on line con derechos de autor en España
Agedi, que es una entidad de gestión colectiva de los derechos de los productores fonográficos (música y videos), muchos de los cuales, a su vez, están integrados en Afyve (Asociación fonográfica y videográfica española), recientemente redenominada como Promusicae (Productores de música de España) de entre cuyos miembros se encuentran la inmensa mayorÃa de las multinacionales de la música, ha conseguido finalmente el cierre de la pionera en la venta on line de música en España: Weblisten.
A pesar de que la pionera Weblisten contaba con las bendiciones de la SGAE (gestora colectiva de derechos de autor) y de AEI (gestora colectiva de derechos de intérpretes y ejecutantes), vÃa pago de los correspondientes derechos de autor a dichas entidades de gestión, no pudo hacer frente al tropel de procedimientos judiciales entablados por las multinacionales del sector fonográfico y de su gestora colectiva, Agedi.
Cuando los representantes de los productores fonográficos persiguen y logran obtener el cierre de una fuente de ingresos para autores e intérpretes independiente de sus productores, y cuando una de las partes responsables de la extensión del canon por copia privada a todos los soportes digitales ya señala que la tarifa del canon por copia privada para cada soporte digital ha llegado a superar incluso el coste de fabricación, nadie debe alegrarse ya ni enojarse.
Lo único realmente sensato en estos momentos es meditar cómo se ha podido llegar a este escenario tan absolutamente irracional en el que, con tantos sectores afectados y tantos intereses en juego, ni siquiera el Gobierno, además especialmente sensible a los intereses de determinadas partes, tiene ya autoridad moral para poner orden y concierto en este inmenso puzzle.
La vÃa del diálogo entre todos los afectados, tal vez sea ya el único camino posible una vez llegados a este punto sin retorno.
Asociación de Internautas
1-6-2005
Cuando los representantes de los productores fonográficos persiguen y logran obtener el cierre de una fuente de ingresos para autores e intérpretes independiente de sus productores, y cuando una de las partes responsables de la extensión del canon por copia privada a todos los soportes digitales ya señala que la tarifa del canon por copia privada para cada soporte digital ha llegado a superar incluso el coste de fabricación, nadie debe alegrarse ya ni enojarse.
Lo único realmente sensato en estos momentos es meditar cómo se ha podido llegar a este escenario tan absolutamente irracional en el que, con tantos sectores afectados y tantos intereses en juego, ni siquiera el Gobierno, además especialmente sensible a los intereses de determinadas partes, tiene ya autoridad moral para poner orden y concierto en este inmenso puzzle.
La vÃa del diálogo entre todos los afectados, tal vez sea ya el único camino posible una vez llegados a este punto sin retorno.
Asociación de Internautas
1-6-2005