Antonio León / Bruselas | El Economista.- ¿Cuál ha sido en 2008 el impacto de la crisis financiera y económica en el sector?
El sector de las telecos va muy bien, es una excepción en esta ralentización general porque crece 1,3%, y esto es más que la economía general. Es normal, porque en estos tiempos de crisis la gente piensa dos veces si comprar un nuevo coche o una nueva televisión, y quizás deciden esperar. Pero continúan comunicando.
El sector está rindiendo mejor que el resto de la economía. Las inversiones suben con mucha fuerza, se han incrementado un 1,5% comparadas con 2007. Es el sexto año consecutivo que crecen las inversiones en el sector. Cuando los consejeros delegados presentan sus resultados, las cifras son alentadoras.
Por ejemplo, cuando César Alierta presentó hace un par de semanas sus cuentas trimestrales, dijo muy claro que 2008 ha sido uno de los mejores años para Telefónica.
¿Qué espera en 2009?
Sólo puedo hablar de 2008, que es el año sobre el que tenemos una imagen completa. Por ejemplo, el sector de las telecos superó en las bolsas en un 8% al resto del mercado. Hay crecimiento, lo que no quiere decir que el sector no sienta la crisis, pero está muy saludable y la nota mucho menos que la mayoría de los otros sectores.
¿Cuál es el principal foco de atención de su informe de 2008?
Son las comunicaciones móviles, que también experimentan un alza del 7% en su tasa de penetración entre la población. La penetración fue 112% en 2007 y en 2008 fue del 119%. Lo que quiere decir que las personas no sólo tienen un móvil, sino incluso dos. España está por debajo de la media europea con una penetración de 114%. También es el país más caro. España es una excepción a la regla porque en todas partes los precios al consumo han bajado, pero en España suben.
¿Cuál es su diagnóstico sobre España?
Probablemente porque la competencia no funciona en el mercado español como en otros. Se ve muy bien también en la penetración de la banda ancha.
Cuando funciona la competencia y hay competidores rivalizando, la inversión es elevada, los precios son bajos, y la aceptación entre los consumidores es amplia. Esta es una regla general en todas partes.
En banda ancha móvil, es la primera vez que incluimos este segmento en nuestras estadísticas, la penetración europea media es 2,8% y, en España sólo 2,6%. En la vecina Portugal es 8,3%. En Austria la penetración de la banca ancha móvil entre la población llega al 11,4%.
¿Cómo queda España en la banda ancha fija?
Cuando empecé este ejercicio pensaba que el sueño más elevado posible era alcanzar una tasa de penetración de la banda ancha en la población del 30%. Ahora los mejores se aproximan al 40 por ciento, y son de sobra los líderes mundiales: Dinamarca registra una penetración del 37,3% y Holanda, 36,2%. España está en un 20,2%, por debajo de la media comunitaria del 22,9%, y la tendencia se ralentiza.
Esto muestra la excepción española. En todos los otros países, buenos, malos o regulares, la penetración sube y los precios bajan. Pero la impresión es que en España el movimiento va en el sentido contrario: la penetración baja y los precios suben.
¿Cómo explica el retraso español?
Sencillamente porque no hay suficiente competencia en el mercado y porque los precios son demasiado altos. Que no haya competencia explica los precios elevados, y la menor aceptación entre los ciudadanos.
¿Quién tiene la culpa? ¿El Gobierno, el regulador (la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), los operadores dominantes?
Yo siempre he intentado que haya una reglamentación seria. Pero, desafortunadamente, en España no ha funcionado ni ha sido aplicada como debería. Lo que se ha hecho en España con el acceso a la banda ancha es una mini reglamentación, unas vacaciones reglamentarias sobre la fibra. Y al mirar a las cifras españolas, el impacto negativo ya se ve incluso antes de que se produzca su aplicación plena.
En esta crisis se habla mucho del proteccionismo en el sector del automóvil, y del mercantilismo financiero. ¿Observa las mismas tentaciones en las telecos?
Exactamente el mismo. Por eso me he referido a la mini reglamentación sobre la fibra. Es una regulación muy corta de vista, que a medio y largo plazo es mala para la economía y para los consumidores.
¿Siente más presión de los reguladores y los Gobiernos nacionales por culpa de esta crisis, al negociar la reforma del marco legislativo del sector y otras modificaciones como la regulación de las tarifas del roaming o las tarifas de terminación de llamada?
En realidad, no. La gran mayoría de los Gobiernos ha comprendido que es necesaria la competencia para que el sector de las telecomunicaciones florezca en Europa. Y que necesitamos que las diferentes compañías compitan en igualdad de condiciones en los diferentes países de la UE.
Hay que permitirlas que se desarrollen en los Estados vecinos para que sean más fuertes, de manera que no hay que cerrar las fronteras ni construir nuevas barreras que serían absolutamente contraproductivas.
Sobre todo en tiempos de crisis, necesitamos abrir los mercados y tener competencia. Las telecomunicaciones son una herramienta para superar la crisis. El mundo de los negocios, en general y no sólo el sector de las telecos, necesita comunicar más y mejor para reducir sus costes.
En tiempos de crisis, hay una mayor necesidad de comunicación, lo que ofrece una posibilidad de crecimiento para el sector. Ni las empresas ni los consumidores privados reducen sus comunicaciones, si los precios son correctos.
Si los precios no son correctos, entonces sí recortan. En los países donde los precios son adecuados, el tráfico se está disparando y se están utilizando más posiblidades de comunicación.
¿Parece que piensa que el Gobierno español no lo ha comprendido?
Hay algunos Gobiernos que parecen tener dificultades para entenderlo, y que parece que no leen los datos. Espero que con la públicación de este informe empiecen a reflexionar un poco. Y a darse cuenta de que quizás no están actuando según el interés de sus economías y sus ciudadanos.
¿Algo positivo sobre España?
Sí claro. Lo mejor es la portabilidad del número de teléfono al cambiar de operador móvil. En Polonia hacen falta 38 días para cambiar de operador. En Irlanda y Malta basta con un día. En España hacen falta cinco días, mejor que la media comunitaria, y sé que España quiere introducir más reducciones en línea con nuestra propuesta de un único día.
La crisis está ayudando a que grandes operadores financieros como, por ejemplo, Santander se expandan y compren activos fuera de sus mercados nacionales. ¿Espera esta misma evolución en las telecos este año, en grandes operadores como Telefónica, Deutsche Telekom, France Télécom...?
Los grandes operadores ya están diversificados y tienen presencia transfronteriza. Tenemos muchos ejemplos. Es una buena evolución. Necesitamos grandes operadores europeos, es el futuro.
Las telecos deben ver Europa como un mercado único de 500 millones de clientes potenciales, en lugar de construir muros alrededor de mercados menores. Pero no creo que esta tendencia que ya existe vaya a acelerarse este año, aunque seguirá su camino.
Su segundo mandato en la Comisión Europea llega en breve a su fin. ¿Desea ser comisaria durante otros cinco años? ¿Querría ocuparse, por segunda vez, de las telecos?
Me divierte mucho ser la comisaria europea de telecos. Es un sector que experimenta una evolución muy rápida; que horizontalemente es importante para el desarrollo del conjunto de la economía; y que está vinculado a la transformación tecnológica que vivimos en este momento. Es absolutamente fascinante abrir este continente.
Me siento muy orgullosa de los europeos que son líderes mundiales en banda ancha móvil y fija. Y sé que si Europa quiere ser la economía más fuerte del mundo, necesita mantener el mercado de telecos más fuerte, el más innovador. Por eso ahora es el momento de las reformas, de la inversión en investigación y en tecnologías.
¿Está contestando que sí?
Me estoy divirtiendo muchísimo. ¿Por qué no seguir en telecos?
El sector de las telecos va muy bien, es una excepción en esta ralentización general porque crece 1,3%, y esto es más que la economía general. Es normal, porque en estos tiempos de crisis la gente piensa dos veces si comprar un nuevo coche o una nueva televisión, y quizás deciden esperar. Pero continúan comunicando.
El sector está rindiendo mejor que el resto de la economía. Las inversiones suben con mucha fuerza, se han incrementado un 1,5% comparadas con 2007. Es el sexto año consecutivo que crecen las inversiones en el sector. Cuando los consejeros delegados presentan sus resultados, las cifras son alentadoras.
Por ejemplo, cuando César Alierta presentó hace un par de semanas sus cuentas trimestrales, dijo muy claro que 2008 ha sido uno de los mejores años para Telefónica.
¿Qué espera en 2009?
Sólo puedo hablar de 2008, que es el año sobre el que tenemos una imagen completa. Por ejemplo, el sector de las telecos superó en las bolsas en un 8% al resto del mercado. Hay crecimiento, lo que no quiere decir que el sector no sienta la crisis, pero está muy saludable y la nota mucho menos que la mayoría de los otros sectores.
¿Cuál es el principal foco de atención de su informe de 2008?
Son las comunicaciones móviles, que también experimentan un alza del 7% en su tasa de penetración entre la población. La penetración fue 112% en 2007 y en 2008 fue del 119%. Lo que quiere decir que las personas no sólo tienen un móvil, sino incluso dos. España está por debajo de la media europea con una penetración de 114%. También es el país más caro. España es una excepción a la regla porque en todas partes los precios al consumo han bajado, pero en España suben.
¿Cuál es su diagnóstico sobre España?
Probablemente porque la competencia no funciona en el mercado español como en otros. Se ve muy bien también en la penetración de la banda ancha.
Cuando funciona la competencia y hay competidores rivalizando, la inversión es elevada, los precios son bajos, y la aceptación entre los consumidores es amplia. Esta es una regla general en todas partes.
En banda ancha móvil, es la primera vez que incluimos este segmento en nuestras estadísticas, la penetración europea media es 2,8% y, en España sólo 2,6%. En la vecina Portugal es 8,3%. En Austria la penetración de la banca ancha móvil entre la población llega al 11,4%.
¿Cómo queda España en la banda ancha fija?
Cuando empecé este ejercicio pensaba que el sueño más elevado posible era alcanzar una tasa de penetración de la banda ancha en la población del 30%. Ahora los mejores se aproximan al 40 por ciento, y son de sobra los líderes mundiales: Dinamarca registra una penetración del 37,3% y Holanda, 36,2%. España está en un 20,2%, por debajo de la media comunitaria del 22,9%, y la tendencia se ralentiza.
Esto muestra la excepción española. En todos los otros países, buenos, malos o regulares, la penetración sube y los precios bajan. Pero la impresión es que en España el movimiento va en el sentido contrario: la penetración baja y los precios suben.
¿Cómo explica el retraso español?
Sencillamente porque no hay suficiente competencia en el mercado y porque los precios son demasiado altos. Que no haya competencia explica los precios elevados, y la menor aceptación entre los ciudadanos.
¿Quién tiene la culpa? ¿El Gobierno, el regulador (la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), los operadores dominantes?
Yo siempre he intentado que haya una reglamentación seria. Pero, desafortunadamente, en España no ha funcionado ni ha sido aplicada como debería. Lo que se ha hecho en España con el acceso a la banda ancha es una mini reglamentación, unas vacaciones reglamentarias sobre la fibra. Y al mirar a las cifras españolas, el impacto negativo ya se ve incluso antes de que se produzca su aplicación plena.
En esta crisis se habla mucho del proteccionismo en el sector del automóvil, y del mercantilismo financiero. ¿Observa las mismas tentaciones en las telecos?
Exactamente el mismo. Por eso me he referido a la mini reglamentación sobre la fibra. Es una regulación muy corta de vista, que a medio y largo plazo es mala para la economía y para los consumidores.
¿Siente más presión de los reguladores y los Gobiernos nacionales por culpa de esta crisis, al negociar la reforma del marco legislativo del sector y otras modificaciones como la regulación de las tarifas del roaming o las tarifas de terminación de llamada?
En realidad, no. La gran mayoría de los Gobiernos ha comprendido que es necesaria la competencia para que el sector de las telecomunicaciones florezca en Europa. Y que necesitamos que las diferentes compañías compitan en igualdad de condiciones en los diferentes países de la UE.
Hay que permitirlas que se desarrollen en los Estados vecinos para que sean más fuertes, de manera que no hay que cerrar las fronteras ni construir nuevas barreras que serían absolutamente contraproductivas.
Sobre todo en tiempos de crisis, necesitamos abrir los mercados y tener competencia. Las telecomunicaciones son una herramienta para superar la crisis. El mundo de los negocios, en general y no sólo el sector de las telecos, necesita comunicar más y mejor para reducir sus costes.
En tiempos de crisis, hay una mayor necesidad de comunicación, lo que ofrece una posibilidad de crecimiento para el sector. Ni las empresas ni los consumidores privados reducen sus comunicaciones, si los precios son correctos.
Si los precios no son correctos, entonces sí recortan. En los países donde los precios son adecuados, el tráfico se está disparando y se están utilizando más posiblidades de comunicación.
¿Parece que piensa que el Gobierno español no lo ha comprendido?
Hay algunos Gobiernos que parecen tener dificultades para entenderlo, y que parece que no leen los datos. Espero que con la públicación de este informe empiecen a reflexionar un poco. Y a darse cuenta de que quizás no están actuando según el interés de sus economías y sus ciudadanos.
¿Algo positivo sobre España?
Sí claro. Lo mejor es la portabilidad del número de teléfono al cambiar de operador móvil. En Polonia hacen falta 38 días para cambiar de operador. En Irlanda y Malta basta con un día. En España hacen falta cinco días, mejor que la media comunitaria, y sé que España quiere introducir más reducciones en línea con nuestra propuesta de un único día.
La crisis está ayudando a que grandes operadores financieros como, por ejemplo, Santander se expandan y compren activos fuera de sus mercados nacionales. ¿Espera esta misma evolución en las telecos este año, en grandes operadores como Telefónica, Deutsche Telekom, France Télécom...?
Los grandes operadores ya están diversificados y tienen presencia transfronteriza. Tenemos muchos ejemplos. Es una buena evolución. Necesitamos grandes operadores europeos, es el futuro.
Las telecos deben ver Europa como un mercado único de 500 millones de clientes potenciales, en lugar de construir muros alrededor de mercados menores. Pero no creo que esta tendencia que ya existe vaya a acelerarse este año, aunque seguirá su camino.
Su segundo mandato en la Comisión Europea llega en breve a su fin. ¿Desea ser comisaria durante otros cinco años? ¿Querría ocuparse, por segunda vez, de las telecos?
Me divierte mucho ser la comisaria europea de telecos. Es un sector que experimenta una evolución muy rápida; que horizontalemente es importante para el desarrollo del conjunto de la economía; y que está vinculado a la transformación tecnológica que vivimos en este momento. Es absolutamente fascinante abrir este continente.
Me siento muy orgullosa de los europeos que son líderes mundiales en banda ancha móvil y fija. Y sé que si Europa quiere ser la economía más fuerte del mundo, necesita mantener el mercado de telecos más fuerte, el más innovador. Por eso ahora es el momento de las reformas, de la inversión en investigación y en tecnologías.
¿Está contestando que sí?
Me estoy divirtiendo muchísimo. ¿Por qué no seguir en telecos?