En diciembre del año pasado, la justicia italiana dio la razón a un joven de 16 años que denunció a su madre por publicar de forma compulsiva y sistemática fotografías de él en sus redes. El tribunal dictaminó en la sentencia que la situación de desprotección del menor llegó a tal punto que todos sus compañeros de colegio estaban al tanto de sus asuntos personales sin que él hubiera dado su consentimiento. La mujer fue condenada a pagar a su hijo adolescente 10.000 euros, algo más de 33 millones de pesos, y le obligó a borrar de forma inmediata todo el registro fotográfico que había publicado hasta ese momento. “Suele existir un error común entre los padres y las madres: piensan que hasta que sus cumplen los 18 años tienen el poder absoluto sobre la intimidad y la imagen de sus hijos. Y no es así. Tienen el deber de cuidarlas y protegerlas”, explicó Borja Adsuara, experto en derecho digital, a ElConfidencial.com.
El tema no es menor. Una investigación realizada en el 2015 por la consultora Nominet determinó que solo en Reino Unido cada año los padres publicaban doscientas fotos de sus hijos menores de cinco años. El estudio también alertaba que el 20 por ciento de ellos nunca se había preocupado por la configuración de privacidad de sus redes sociales. En Francia, por ejemplo, subir fotografías íntimas de los hijos sin su permiso puede acarrear multas de hasta 45.000 euros, $ 151 millones, y un año de cárcel.
En Colombia, de acuerdo con el Centro Cibernético de la Policía Nacional, entre 2012 y 2017 se reportaron 39.417 casos de delitos informáticos, de los cuales el 72 por ciento correspondió a un víctimas entre los 9 y los 12 años. “Los padres deben ser los primeros en promover el uso responsable del internet y en cuidar a sus hijos de tener una exposición inadecuada en las diversas redes sociales”, le dijo Carlos Lugo, director de apropiación del Mintic, a EL TIEMPO en febrero de este año.
En este sentido, la Asociación de Internautas ha publicado una serie de pautas con el objetivo de ayudar a los padres a realizar un mejor tratamiento de la información que publican y comparten de sus hijos, muchas veces con desconocidos, y que no acabe en manos inapropiadas.
Respetar la intimidad
Los progenitores o tutores legales del menor deben tener presente la intimidad de los menores. Sus hijos pueden no querer en ese momento o en un futuro que otras personas puedan visualizar estos registros de sus vidas, que aunque no necesariamente impliquen algo negativo, pertenecen al ámbito privado de la familia.
Evitar los desnudos
La publicación de instantáneas de menores con poca ropa o desnudos, por ejemplo, mientras chapotean en la bañera o en la piscina, pueden pasar de ser considerados como momentos tiernos en el círculo familiar o de amistad a ser empleadas por personas desconocidas en redes de intercambio de pornografía infantil. Desde la Asociación de Internautas aconsejan evitar en cualquier caso la difusión de este tipo de imágenes.
No a las fotos diarias
Antes de publicar cualquier instantánea, es necesario que el adulto a cargo del menor se replantee si el contenido que va a compartir con sus contactos es de interés público o tiene algún valor añadido para la vida futura de su hijo. Este puede ser un buen ejercicio para limitar el número de imágenes compartidas en la red.
Utilizar el ‘e-mail’
Para compartir fotos con otras personas no es necesario usar las redes sociales. Por medio de un correo electrónico se pueden compartir dichas instantáneas con amigos y familiares y acotar así el público que accede a ellas. De esta forma, y como explican desde la asociación, los padres se aseguran un mayor nivel de privacidad.
Limitar la difusión
La Asociación de Internautas aconseja gestionar los ajustes de privacidad de las redes sociales en las que el usuario va a compartir el contenido o incluso en aplicaciones de mensajería, como el caso de WhatsApp. Es importante hacer uso de las alternativas que ofrecen estas ‘apps’ para limitar el público que puede visualizar las imágenes de los menores.
No a las etiquetas
En las fotos, la asignación de etiquetas puede conllevar que los nombres de los niños sean indexados en los buscadores y que cualquier persona, de la que se desconoce su verdadera intención, asocie el rostro de un menor con su identidad real.
No publicar detalles
Si finalmente los padres optan por compartir alguna fotografía de sus hijos menores, al menos deben evitar dar más información de la necesaria. Es decir, intentar que no reflejen horarios, ni muestren el uniforme del colegio o el centro donde realizan alguna actividad extraescolar. Desde la asociación aconsejan no facilitar datos como rutinas, horarios habituales o el lugar en el que puede encontrarse el menor, así como el nombre de la calle, el colegio o la matrícula del carro familiar.
Fotos con otros menores
En los casos en el que el niño aparezca en la instantánea con sus amigos, se deberá solicitar permiso a sus padres con el fin de asegurarse de que están de acuerdo con que dicha fotografía sea compartida en redes sociales. Ambos progenitores deben de mostrar su consentimiento acerca de la publicación de cualquier imagen en la red: una decisión tan importante no puede ser competencia única de una de las partes involucradas.
EL TIEMPO*
* Con información de Europa Press