Twitter se rinde a la censura
Twitter se rinde a la censura
La próxima revolución no será tuiteada. La popular red social no será bloqueada por un corte de internet como el ejecutado en Egipto durante la Primavera Árabe, sino que será ella misma la que ajuste el bozal a sus usuarios. En un comunicado sin precedentes en su blog oficial, la compañía anunciaba ayer que, cuando sea requerida, eliminará contenidos de los internautas.
ESÚS MIGUEL MARCOS PUBLIO.ES.- El mensaje, sin embargo, fue algo más ambiguo. Los responsables de la red social aludieron a las diferentes legislaciones sobre la libertad de expresión que existen en el mundo y a razones "históricas y culturales" para justificar la censura de tuits: "Hasta ahora, la única manera en la que podíamos someternos a los límites de cada país era eliminando el contenido de manera global. A partir de hoy, tendremos la capacidad de retirar contenido de usuarios en un país específico, manteniéndolo disponible en el resto de países".
La pregunta que surgió de manera inmediata entre los usuarios de la propia red social fue: ¿pero por qué tiene Twitter que borrar tuits? Aunque la compañía lleva borrándolos desde su creación, la noticia despertó recelos. Además, el mensaje contradecía unas declaraciones recientes de su presidente, Dick Costolo, en relación al apagón de Wikipedia en EEUU. "Eso es absurdo. Cerrar un negocio global en respuesta a un problema de política nacional es de tontos", dijo Costolo, aludiendo a la imposibilidad de cerrar Twitter sólo en un solo país, lo que precisamente se plantea ahora.
A mediodía ya se había declarado una jornada de protesta para hoy. "Mañana no diremos ni pío", tuiteaba un usuario ayer junto a la etiqueta #censuratwitter. "Twitter no debe jugar a ser juez", sostiene el presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo. "Tiene que eliminar contenidos cuando lo diga un juez. Si se convierte en juez, perderá lo que ha ganado. Debería defender el espíritu de internet, la libertad de expresión, que es al que se debe y del que tanto ha obtenido", añade.El comunicado de Twitter era lo suficientemente intrincado como para que no se supiera exactamente qué es lo que se va a censurar y cómo será el procedimiento. En el texto figuraba el ejemplo de la apología del nazismo, prohibida por ley en Alemania y Francia, pero en la web de Chilling Effects, la compañía que está colaborando con Twitter para hacer más transparente el proceso de eliminación de tuits, casi todos los casos están relacionados con la propiedad intelectual.
Un portavoz de Twitter tuvo que salir al paso ayer por la tarde para aclarar las intenciones de la compañía. "No implica en absoluto ningún tipo de cambio" y sólo actuaremos cuando seamos "instados por ley a retirar un contenido de nuestra página web", declaró a Efe. Este periódico intentó contactar, sin éxito, con algún responsable de la empresa.
Pero internet vive semanas de tensión y la aclaración no sirvió de alivio a la avalancha de protestas. El acoso que sufre la red en los últimos tiempos (el cierre de Megaupload, el pánico en los servicios de almacenamiento de archivos, las leyes antidescargas...) hace que cualquier intento de controlar los contenidos provoque un efecto similar al de lanzar una cerilla a un bidón de gasolina. "En Twitter parece que se aplican a sí mismos la ley Sinde. Si se olvidan de que quien tiene que decidir qué es legal o ilegal son los jueces, vamos a perder la oportunidad de una internet libre y transparente", subrayaba Víctor Domingo.
La importancia de las redes sociales, principalmente Twitter y Facebook, en la información sobre las revueltas árabes y su posible inutilización tras la decisión de ayer ha despertado la preocupación entre los colectivos de periodistas. "Si a esta multinacional, Twitter, los países totalitarios la convencen de que elimine información perjudicial para ellos, la humanidad nunca conocerá lo que está ocurriendo en estos territorios. Twitter es un medio de comunicación: si se aplica la censura de manera severa, peligraría la libertad de expresión y favorecería las dictaduras", señaló a Público Aurelio Martín, vicepresidente y responsable de tecnología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Además, Reporteros Sin Fronteras escribió una carta al director general de Twitter, Jack Dorsey, para "mostrar su profunda inquietud" por el anuncio.
Hace unos días, un responsable de Greenpeace se quejaba de que la censura impuesta en la red por parte de compañías multinacionales y gobiernos impedía en muchos casos sus acciones de denuncia. La directora de campaña de Greenpeace España, María José Caballero, señalaba ayer que "dejar a las industrias que sean juez y parte afecta al activismo. Nosotros utilizamos como punta de lanza a grandes compañías, porque sabemos que, si ellas cambian su comportamiento y sus prácticas ambientales, van a arrastrar a un gran número de empresas. La SOPA, la PIPA y políticas como la de Twitter impedirán la libertad de expresión y el activismo".
Detrás de la medida adoptada por Twitter, Caballero ve la mano de las grandes empresas multinacionales: "Twitter dice que va a juzgar si se hace daño a una marca o no. Eso sólo se puede hacer según la legislación vigente y Twitter no tiene arrogada ninguna competencia judicial, por lo que no debería plantearse este tipo de actuaciones. Tendría que estar disfrutando de que los ciudadanos quieran expresarse y que hubiese esa pluralidad".
La pregunta que surgió de manera inmediata entre los usuarios de la propia red social fue: ¿pero por qué tiene Twitter que borrar tuits? Aunque la compañía lleva borrándolos desde su creación, la noticia despertó recelos. Además, el mensaje contradecía unas declaraciones recientes de su presidente, Dick Costolo, en relación al apagón de Wikipedia en EEUU. "Eso es absurdo. Cerrar un negocio global en respuesta a un problema de política nacional es de tontos", dijo Costolo, aludiendo a la imposibilidad de cerrar Twitter sólo en un solo país, lo que precisamente se plantea ahora.
A mediodía ya se había declarado una jornada de protesta para hoy. "Mañana no diremos ni pío", tuiteaba un usuario ayer junto a la etiqueta #censuratwitter. "Twitter no debe jugar a ser juez", sostiene el presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo. "Tiene que eliminar contenidos cuando lo diga un juez. Si se convierte en juez, perderá lo que ha ganado. Debería defender el espíritu de internet, la libertad de expresión, que es al que se debe y del que tanto ha obtenido", añade.
¿Eliminar qué y cómo?
"Twitter no debe jugar a ser juez", señaló Víctor Domingo
Un portavoz de Twitter tuvo que salir al paso ayer por la tarde para aclarar las intenciones de la compañía. "No implica en absoluto ningún tipo de cambio" y sólo actuaremos cuando seamos "instados por ley a retirar un contenido de nuestra página web", declaró a Efe. Este periódico intentó contactar, sin éxito, con algún responsable de la empresa.
Pero internet vive semanas de tensión y la aclaración no sirvió de alivio a la avalancha de protestas. El acoso que sufre la red en los últimos tiempos (el cierre de Megaupload, el pánico en los servicios de almacenamiento de archivos, las leyes antidescargas...) hace que cualquier intento de controlar los contenidos provoque un efecto similar al de lanzar una cerilla a un bidón de gasolina. "En Twitter parece que se aplican a sí mismos la ley Sinde. Si se olvidan de que quien tiene que decidir qué es legal o ilegal son los jueces, vamos a perder la oportunidad de una internet libre y transparente", subrayaba Víctor Domingo.
La importancia de las redes sociales, principalmente Twitter y Facebook, en la información sobre las revueltas árabes y su posible inutilización tras la decisión de ayer ha despertado la preocupación entre los colectivos de periodistas. "Si a esta multinacional, Twitter, los países totalitarios la convencen de que elimine información perjudicial para ellos, la humanidad nunca conocerá lo que está ocurriendo en estos territorios. Twitter es un medio de comunicación: si se aplica la censura de manera severa, peligraría la libertad de expresión y favorecería las dictaduras", señaló a Público Aurelio Martín, vicepresidente y responsable de tecnología de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Además, Reporteros Sin Fronteras escribió una carta al director general de Twitter, Jack Dorsey, para "mostrar su profunda inquietud" por el anuncio.
Cerco al activismo
Hace unos días, un responsable de Greenpeace se quejaba de que la censura impuesta en la red por parte de compañías multinacionales y gobiernos impedía en muchos casos sus acciones de denuncia. La directora de campaña de Greenpeace España, María José Caballero, señalaba ayer que "dejar a las industrias que sean juez y parte afecta al activismo. Nosotros utilizamos como punta de lanza a grandes compañías, porque sabemos que, si ellas cambian su comportamiento y sus prácticas ambientales, van a arrastrar a un gran número de empresas. La SOPA, la PIPA y políticas como la de Twitter impedirán la libertad de expresión y el activismo".
Detrás de la medida adoptada por Twitter, Caballero ve la mano de las grandes empresas multinacionales: "Twitter dice que va a juzgar si se hace daño a una marca o no. Eso sólo se puede hacer según la legislación vigente y Twitter no tiene arrogada ninguna competencia judicial, por lo que no debería plantearse este tipo de actuaciones. Tendría que estar disfrutando de que los ciudadanos quieran expresarse y que hubiese esa pluralidad".
La aplicación de estos límites decidirá el futuro de Twitter. Según Víctor Domingo, "si hay cambios, el público se segmentará, porque hay servicios similares. Saben que están en manos de los usuarios". Por ahora, han montado una huelga.