¿RenunciarÃas a Internet durante el resto de tu vida por un millón de dólares?
El número de usuarios de Internet en todo el mundo ha superado ya los dos mil millones de personas, según datos de Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), la agencia de la ONU para los asuntos relativos a las tecnologÃas de la información. Somos tantos, en tan pocos años, que muchos hemos integrado la web en nuestras vidas tanto y tan profundamente que es difÃcil cuantificar cuánto vale Internet para nosotros.
Daniel Civantos en Cooking Ideas .- Un grupo de libre mercado, el Fondo de Estudios Americanos, ha tirado la piedra y ha recogido las opiniones de los transeuntes americanos a la pregunta “¿Cuánto tendrÃan que pagarte para renunciar a Internet durante el resto de tu vida?” ¿1 millón de dólares? ¿10 millones? ¿1.000 millones?
Las respuestas que la gente plasma en el vÃdeo del estudio son con muchos ceros; incluso varios entrevistados nunca tirarÃan del cable ni por todo el oro del mundo. Aunque más allá de renunciar a Internet, lo que busca este grupo es cuantificar cuánto están dispuestas a pagar las personas por los nuevos dispositivos tecnológicos que llenan nuestra vida. No en vano esa pregunta es la base de la economÃa de mercado que rige el mundo.
En el pasado, los ordenadores costaban millones de dólares, los teléfonos móviles miles y las cámaras de fotos cientos de estos dólares. Pero los precios de estos productos han caÃdo drásticamente en apenas una década, debido a la competencia para crear productos mejores y de menor coste. Hoy en dÃa uno puede ir a la tienda de la esquina y volverse con un teléfono de última tecnologÃa casi sin pagar ni un duro.
Y algo parecido está pasando con Internet. De acuerdo a una investigación realizado por Point Topic, el precio de las tarifas de conexión a Internet han bajado a nivel mundial desde 2008, concretamente el ADSL cuesta un 20% menos y el cable un 12% menos. Salvo en España, claro, que los precios siguen igual.
A principios de 2000, habÃa sólo 500 millones de usuarios de teléfonos móviles en todo el mundo y 250 millones de usuarios de Internet. A principios de 2011 se superó la cifra de 5.000 millones de usuarios de telefonÃa móvil, mientras que los usuarios de Internet sobrepasaron los 2.000 millones.
Y todo gracias a un sistema de libre mercado que se ha gestado de una forma concreta, donde los productos nuevos son comprados por primera vez por las personas más ricas (los verdaderos early adopters) y en sus precios máximos. Ocurrió con los ordenadores, con el aire acondicionado y hasta incluso con la aspirina.
Después de que los problemas técnicos son subsanados y los costes de producción son limados, los productos comienzan a ser accesibles a un público mucho más amplio. Y asà hasta que llegan a todos los públicos por una simple cuestión de coste.
Lo que ha pasado con Internet es que el mercado ha creado una brecha mucho mayor entre lo que pagamos por el servicio (cada vez menos) y el valor real que tiene para cada persona, al hacerse imprescindible (cada vez más) en muchos aspectos de la vida de los usuarios
Asà que, de alguna manera, tal vez todos somos más millonarios y multimillonarios de lo que pensamos; porque tenemos algo que vale mucho para nosotros, algo que nos permite hacer mucho y, lo más importante, algo que nos dolerÃa mucho perder si nos pusieran un cheque en blanco delante.
Asà que, ¿con cuántos ceros rellenarÃas tú ese cheque si te atrevieras a vivir sin Internet por el resto de tu vida? Recuerda antes de contestar: ni oler la Red hasta el dÃa de tu muerte
Os pedimos ayuda para poder seguir abiertos.. y batallando
Las respuestas que la gente plasma en el vÃdeo del estudio son con muchos ceros; incluso varios entrevistados nunca tirarÃan del cable ni por todo el oro del mundo. Aunque más allá de renunciar a Internet, lo que busca este grupo es cuantificar cuánto están dispuestas a pagar las personas por los nuevos dispositivos tecnológicos que llenan nuestra vida. No en vano esa pregunta es la base de la economÃa de mercado que rige el mundo.
En el pasado, los ordenadores costaban millones de dólares, los teléfonos móviles miles y las cámaras de fotos cientos de estos dólares. Pero los precios de estos productos han caÃdo drásticamente en apenas una década, debido a la competencia para crear productos mejores y de menor coste. Hoy en dÃa uno puede ir a la tienda de la esquina y volverse con un teléfono de última tecnologÃa casi sin pagar ni un duro.
Y algo parecido está pasando con Internet. De acuerdo a una investigación realizado por Point Topic, el precio de las tarifas de conexión a Internet han bajado a nivel mundial desde 2008, concretamente el ADSL cuesta un 20% menos y el cable un 12% menos. Salvo en España, claro, que los precios siguen igual.
A principios de 2000, habÃa sólo 500 millones de usuarios de teléfonos móviles en todo el mundo y 250 millones de usuarios de Internet. A principios de 2011 se superó la cifra de 5.000 millones de usuarios de telefonÃa móvil, mientras que los usuarios de Internet sobrepasaron los 2.000 millones.
Y todo gracias a un sistema de libre mercado que se ha gestado de una forma concreta, donde los productos nuevos son comprados por primera vez por las personas más ricas (los verdaderos early adopters) y en sus precios máximos. Ocurrió con los ordenadores, con el aire acondicionado y hasta incluso con la aspirina.
Después de que los problemas técnicos son subsanados y los costes de producción son limados, los productos comienzan a ser accesibles a un público mucho más amplio. Y asà hasta que llegan a todos los públicos por una simple cuestión de coste.
Lo que ha pasado con Internet es que el mercado ha creado una brecha mucho mayor entre lo que pagamos por el servicio (cada vez menos) y el valor real que tiene para cada persona, al hacerse imprescindible (cada vez más) en muchos aspectos de la vida de los usuarios
Asà que, de alguna manera, tal vez todos somos más millonarios y multimillonarios de lo que pensamos; porque tenemos algo que vale mucho para nosotros, algo que nos permite hacer mucho y, lo más importante, algo que nos dolerÃa mucho perder si nos pusieran un cheque en blanco delante.
Asà que, ¿con cuántos ceros rellenarÃas tú ese cheque si te atrevieras a vivir sin Internet por el resto de tu vida? Recuerda antes de contestar: ni oler la Red hasta el dÃa de tu muerte
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