Aunque pueda parecer imposible, dicho hecho es debido al funcionamiento de las modernas telecomunicaciones, basadas en complejos sistemas de ordenadores.
Antiguamente, cuando las compañías telefónicas ni siquiera soñaban con poder disponer de ordenadores, y las centrales telefónicas funcionaban mediante sistemas de conmutación basados en sistemas electrónicas, con piezas metálicas que se movían de un lado para otro para poder encaminar las llamadas, cuando alguien llamaba a un número, si desde éste el usuario estaba conversando con alguien, al llamante le daba tono de ?ocupado? y la persona que realizaba la llamada colgaba la misma
Dicho hecho se debía a que era materialmente imposible debido a la construcción con elementos electromecánicos, que impedía que 2 piezas estuviesen a la vez en un mismo sitio, debido a la estructura constructiva de las centrales.
Igualmente, si alguien intentaba llamar desde su número a su propio número, le daba señal de ocupado, por el mismo motivo.
Más tarde, las centrales telefónicas evolucionaron y se produjo un cambio de los sistemas hacia equipos digitales de conmutación, pero con acceso al bucle de abonado analógico, de tal manera que, en el caso de que un usuario llamara a otro, y éste tuviese su línea ocupada, la llamada era desviada a un sistema de contestador automático en las redes de las compañías, para luego poder devolver la llamada por parte del usuario llamado.
Posteriormente, con la entrada de la telefonía móvil digital (GSM actual, no los viejos móviles por canales de radio analógicos) y, por tanto de la informática, en las telecomunicaciones, las centrales telefónicas (tanto las de los móviles como luego las de fijos) pasaron a estar gobernadas por ordenadores
Y ahí comenzó el problema que trata este mensaje, con el uso masivo de ordenadores en las centrales telefónicas y la digitalización total de las telecomunicaciones.
Con las centrales gobernadas por ordenadores, se puede automatizar cualquier tarea de telecomunicaciones como, por ejemplo, desviar una llamada a otro número, acceder desde cualquier lugar del mundo al teléfono propio a través de Internet (VoIP) o, como el caso que nos ocupa, desviar la llamada entrante al contestador automático.
En el caso de la telefonía móvil, dicho desvío se puede realizar en el caso de que no exista cobertura, si el usuario llamado no contesta en un tiempo determinado o si la línea está comunicando, siendo este último supuesto el que más interesa en este mensaje, pues es el que genera, precisamente, los cargos que sufre en su factura el cliente.
En el caso de que un usuario llame a su propio número, bien sea porque se confunde y lo marca, o porque dado que los actuales terminales móviles son auténticos ordenadores el propio aparato marca el número debido a una aplicación maliciosa que tenga instalada, esta llamada puede guardarse en el contestador automático, si éste se encuentra activado para el caso de que la línea comunique.
Las líneas telefónicas actuales funcionan a través de la asignación a cada línea telefónica de una cuenta alojada en una parte del disco duro de un servidor dedicado a la señal de telefonía, y cuando un usuario llama a otro, lo que en realidad se hace es entregar una serie de información en dicha localización del servidor.
En el caso de que la línea esté ocupada, entra en funcionamiento el servicio de contestador automático (si se encuentra activado) y las llamadas entrantes se desvían al mismo.
El actual tráfico telefónico se realiza en su totalidad a través de tráfico de paquetes de datos por internet, que serán entregados en la cuenta del usuario llamado y, al no tener las líneas telefónicas circuitos físicos asignados, todas las comunicaciones se reducen a una serie de operaciones informáticas no existiendo, por tanto, las restricciones electromecánicas que sí había en la época en la que las centrales eran electromecánicas..
Ello lleva a que cuando un usuario llama desde su propio número a su propio número, en realidad lo que está haciendo es acceder a su propia cuenta de servicio telefónico, pero al encontrarse ocupada, la llamada es desviada al contestador automático.
Dicha forma de actuar por parte de las actuales redes de telecomunicaciones, hace que las compañías generen cargos por llamadas realizadas y desviadas al contestador o, en su caso, descontando el tiempo del bono de minutos que tenga contratado el cliente
Antiguamente, cuando las compañías telefónicas ni siquiera soñaban con poder disponer de ordenadores, y las centrales telefónicas funcionaban mediante sistemas de conmutación basados en sistemas electrónicas, con piezas metálicas que se movían de un lado para otro para poder encaminar las llamadas, cuando alguien llamaba a un número, si desde éste el usuario estaba conversando con alguien, al llamante le daba tono de ?ocupado? y la persona que realizaba la llamada colgaba la misma
Dicho hecho se debía a que era materialmente imposible debido a la construcción con elementos electromecánicos, que impedía que 2 piezas estuviesen a la vez en un mismo sitio, debido a la estructura constructiva de las centrales.
Igualmente, si alguien intentaba llamar desde su número a su propio número, le daba señal de ocupado, por el mismo motivo.
Más tarde, las centrales telefónicas evolucionaron y se produjo un cambio de los sistemas hacia equipos digitales de conmutación, pero con acceso al bucle de abonado analógico, de tal manera que, en el caso de que un usuario llamara a otro, y éste tuviese su línea ocupada, la llamada era desviada a un sistema de contestador automático en las redes de las compañías, para luego poder devolver la llamada por parte del usuario llamado.
Posteriormente, con la entrada de la telefonía móvil digital (GSM actual, no los viejos móviles por canales de radio analógicos) y, por tanto de la informática, en las telecomunicaciones, las centrales telefónicas (tanto las de los móviles como luego las de fijos) pasaron a estar gobernadas por ordenadores
Y ahí comenzó el problema que trata este mensaje, con el uso masivo de ordenadores en las centrales telefónicas y la digitalización total de las telecomunicaciones.
Con las centrales gobernadas por ordenadores, se puede automatizar cualquier tarea de telecomunicaciones como, por ejemplo, desviar una llamada a otro número, acceder desde cualquier lugar del mundo al teléfono propio a través de Internet (VoIP) o, como el caso que nos ocupa, desviar la llamada entrante al contestador automático.
En el caso de la telefonía móvil, dicho desvío se puede realizar en el caso de que no exista cobertura, si el usuario llamado no contesta en un tiempo determinado o si la línea está comunicando, siendo este último supuesto el que más interesa en este mensaje, pues es el que genera, precisamente, los cargos que sufre en su factura el cliente.
En el caso de que un usuario llame a su propio número, bien sea porque se confunde y lo marca, o porque dado que los actuales terminales móviles son auténticos ordenadores el propio aparato marca el número debido a una aplicación maliciosa que tenga instalada, esta llamada puede guardarse en el contestador automático, si éste se encuentra activado para el caso de que la línea comunique.
Las líneas telefónicas actuales funcionan a través de la asignación a cada línea telefónica de una cuenta alojada en una parte del disco duro de un servidor dedicado a la señal de telefonía, y cuando un usuario llama a otro, lo que en realidad se hace es entregar una serie de información en dicha localización del servidor.
En el caso de que la línea esté ocupada, entra en funcionamiento el servicio de contestador automático (si se encuentra activado) y las llamadas entrantes se desvían al mismo.
El actual tráfico telefónico se realiza en su totalidad a través de tráfico de paquetes de datos por internet, que serán entregados en la cuenta del usuario llamado y, al no tener las líneas telefónicas circuitos físicos asignados, todas las comunicaciones se reducen a una serie de operaciones informáticas no existiendo, por tanto, las restricciones electromecánicas que sí había en la época en la que las centrales eran electromecánicas..
Ello lleva a que cuando un usuario llama desde su propio número a su propio número, en realidad lo que está haciendo es acceder a su propia cuenta de servicio telefónico, pero al encontrarse ocupada, la llamada es desviada al contestador automático.
Dicha forma de actuar por parte de las actuales redes de telecomunicaciones, hace que las compañías generen cargos por llamadas realizadas y desviadas al contestador o, en su caso, descontando el tiempo del bono de minutos que tenga contratado el cliente
Reclamaciones de telecomunicaciones......sin morir en el intento