Los discursos de los operadores sobre los OTTs son muy previsibles. Éstos siguen siendo poco más que el demonio, aprovechándose de una regulación que dicen los operadores que benefician a los WhatsApp o Twitter, en detrimento de los intereses de las compañías telefónicas.
Una misma regulación para todos
Por supuesto que los distintos representantes de los operadores han continuado con viejas demandas a los reguladores y gobiernos. Más impuestos, mayor regulación e interoperabilidad para sus odiados y menos regulación y sobre todo, más ágil, para sus propios negocios, pero estos temas no han sido el foco de ninguno de los representantes.
Ahora la principal petición de los operadores es que a los OTTs se les exija mayor cuidado de la protección de datos de los usuarios. Según las compañías, ellos son expertos, y se les exige serlo, en la protección de la privacidad, pero los servicios hacen un uso más abierto o menos restrictivo de los datos de los usuarios que recaban.
El discurso contra las OTTs sigue ahí, pero su tono parece haber bajado
Por eso, los operadores piden que Europa tome cartas en el asunto, con una regulación comunitaria que trate por igual a todas las empresas que ofrezcan servicios digitales a usuarios, ya sean operadores u OTTs, tratando por igual a las empresas establecidas en el viejo continente como a las que ofrezcan sus servicios aquí pero con sede fuera de Europa.
Con esta petición, unida a las viejas que quizás hayan quedado en un segundo plano, los operadores adoptan un discurso que sigue siendo de ataque, pero menos agresivo, al menos de cara a la galería, porque en el fondo sus ataques a los OTTs vienen de la merma que estos han provocado en las cuentas de resultado de las compañías. Quizás los ejemplos en los que los operadores han sacado provecho de los OTTs les han hecho cambiar.
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