¿Por qué Feedly? El uso que yo doy a un lector de feeds es el de poder enfrentarme de manera sencilla a una lista de más de sesenta publicaciones, a las que se añaden los blogs de mis alumnos estructurados en una carpeta por cada curso, las suscripciones de alertas por menciones (a mí, a IE Business School o a algunos temas que sigo con un interés especial), con la capacidad de enviar a determinados sitios sociales aquello que quiera compartir, de enviar por correo electrónico algo que estime interesante para alguna persona en concreto, de almacenar cosas en un repositorio temporal, y con capacidades de búsqueda avanzadas. Si le añadimos una presentación minimalista y configurable, una vista dividida en días y unos controles simples, ya tengo todo lo que necesito.
No quiero eye candy, ningún tipo de distracción visual. Habrá quien valore la presentación de feeds con estética de revista, pero a mí me estorba enormemente: necesito una presentación de titulares completamente espartana, una lista sin más por la que poder pasar los ojos rápidamente, detectar qué noticias me interesan para abrirlas y leerlas, y simplemente enterarme de las demás. Para compartir lo que me ha parecido interesante llevo ya cerca de año y medio utilizando Pinterest (en el tablón titulado Technology readings tengo más de mil setecientos seguidores que me utilizan como filtro de noticias interesantes, más de los que tuve en la época en la que Reader tenía capacidades sociales).
Pero lo que más me ha gustado de Feedly: la capacidad de manejar feeds con presentación diferenciada. Como ya he comentado, para casi todos mis feeds quiero un formato lista sin más. Pero para algunos sitios, como viñetas gráficas o los que únicamente publican cosas cortas que suelo leerme completas, poder verlo todo en un solo clic es una indudable ventaja. La sensación de probar Feedly es que es mejor que Reader, que Reader llevaba ya un cierto tiempo sin recibir ninguna atención por parte de Google más allá de ir amputándole funciones, y que Feedly ha aprovechado ese tiempo muy bien.
¿Lo peor del cambio? La sensación de que Google ha desperdiciado una fantástica oportunidad de mejorar un producto (o de integrarlo ventajosamente en Google+) con el que podría haber satisfecho las necesidades de un segmento de usuarios que considero muy importante. Google pudo haber hecho muchas cosas con Reader, incluyendo probar diferentes modelos de negocio, pero decidió despreciarlo, tanto al producto como a sus usuarios. ¿Por qué era importante Google Reader y ese segmento de usuarios? Es muy fácil de entender. Por mucho que Google nunca se haya sentido cómoda con el formato RSS, por mucho que la siguiente en caer sea seguramente una Feedburner hoy imprescindible, por mucho que Google haga, al RSS le queda un muy largo recorrido.
No me cabe en la cabeza la consideración que como tiene pocos usuarios, aunque sean muy fieles, se puede eliminar
es simplista, absurdo y estúpido no ver que esos usuarios son precisamente los más ávidos consumidores de información, los que más generan, los que más comparten, los que más hablan. Un segmento fundamental. Google se ha comportado como una auténtica irresponsable, y ha perdido toda mi confianza: a partir de ahora iré abandonando progresivamente todos aquellos productos de Google que pueda, no vaya a ser que caigan en una de esas temibles Spring cleanings, o que sufran modificaciones que den la espalda al usuario: adiós, Bookmarks, me vuelvo a Delicious, de donde nunca debí salir. Adiós, Chrome, me vuelvo a Firefox, de la que me fío mucho más. No se puede confiar en una empresa así, que toma decisiones con esa fragilidad de criterio, con ese desdén a sus usuarios. Una empresa que pone a sus usuarios como la última de las prioridades: la eliminación de las aplicaciones de bloqueo de publicidad como AdBlock Plus es la gota que colma el vaso: Google pone la facturación por encima del bienestar de los usuarios, permitiendo que cualquier sitio te castigue con pop-ups, pop-unders o formatos invasivos sin que tengas armas para bloquearlos.
Que ahora vengan desde Google a preguntar qué era lo que nos gustaba tanto en Google Reader por si podemos incorporarlo en Google+ me parece directamente irresponsable: las cosas no se hacen así. Esos planteamientos se hacen antes, no después de dar la patada a tus usuarios. Primero, evolucionas el producto y presentas opciones. Después, cierras la puerta. No al revés. Google ha fallado, miserablemente, de una manera completamente injustificable en una empresa de su tamaño y con sus capacidades. Hubo un tiempo en que Google era una empresa interesante, que decía querer cambiar el mundo. Desde hace tiempo, solo es una empresa más.
ACTUALIZACIÓN: Parece que no soy el único en ver a Feedly como el mejor reemplazo para Reader
Reproducido del blog de Enrique Dans