Postponen su Navidad. Tratan de leer el futuro de un mercado que se empieza a mirar en el espejo de su definición nacional. A toda velocidad, lo justo para haber duplicado la penetración de los lectores digitales en España en sólo un mes, pero aún a cuentagotas y por la puerta de la orfandad de contenidos. Ni un crecimiento del 500% durante el último trimestre -según el balance de Todoebook-, ni las más de 100.000 unidades de e-readers ya en manos de usuarios españoles pueden opacar que el mercado nacional aún mira con reservas y de lejos el boom global. La revolución del e-book será, como mucho, de terciopelo y no antes de primavera.
No eran sólo los estudios de Todoebook los que confíaban en los presagios de la firma de componentes informáticos Netronix: 2009 sería el bautismo del e-book en las aguas del mercado nacional. Lo ha sido para los e-readers, pero en el gota a gota, lo justo para convalidar las previsiones más prudentes de la industria española, las que descuentan que si 2009 fue clave para dar a conocer el producto entre los consumidores y convertirlo en un 'gadget' atractivo, 2010 tendrá que ser el año de la consolidación para los editores. El kindle fue en Navidad el producto más vendido de Amazon, que comercializa ya tantos títulos digitales como en papel. Nada que se haya contagiar al mercado español, aunque sólo en diciembre se vendieron 50.000 lectores, la mitad del total. Si esperaban 140.000 unidades al cierre de año, se conforman por ahora con un 40% menos, aunque han cumplido con casi un semestre de adelanto sus previsiones de rebasar el parque de 100.000 e-readers que 36L (la sociedad que ha lanzado la web Leqtor) descontaba para finales de 2010. Lo de los contenidos será otra historia: El año cero de los e-readers no será el año uno del libro digital. No en España. Lo saben los editores. La carrera desde ahora ya no es la curiosidad de los usuarios, sino la de precios, aplicaciones y ofertas a los lectores. Y su hora de la verdad la del bautismo oficial de la plataforma digital de Planeta, Random House Mondadori y Santillana en abril con más de 7.000 títulos. Será, ya, con el nuevo Tablet de Apple en la carrera de los lectores.
Ni la inseguridad jurídica -sin ley de propiedad intelectual adaptada aún- ni las obligaciones de certificados digitales e identificación de tarjetas SIM y la indefinición de un mercado aún por modelar han invitado hasta ahora a espantar los fantasmas de las editoriales, los libreros, los agentes o los autores, a invertir en la digitalización de libros, o a firmar acuerdos de cesión de derechos poco más allá de una tendencia casi experimental.
Pero si en 2009 nadie quería dar el primer paso, en 2010 nadie quiere llegar tarde. Hasta ahora, las grandes editoriales han visto desde el burladero de la espera una apuesta que no comenzará a ser rentable para ellos hasta dentro de cinco o diez años, cuando los contenidos digitales supongan el 10% de su facturación.
Como explicaba Núria Cabutí, la nueva consejera delegada de Random House Mondadori (RHM) -que lanzará en primavera la primera gran plataforma de contenidos de editoriales tradicionales junto con Planeta y Santillana- el libro digital requerirá inversiones muy grandes en poco tiempo para beneficios muy pequeños durante bastante tiempo. Por eso -y por los recelos del sector de las grandes librerías- hasta ahora la mayoría -sobre todo las grandes multinacionales en España- se han limitado a ayudar a los libreros haciendo de sus webs una plataforma de distribución electrónica. La propia plataforma que planean lanzar a partir de abrir es la mejor prueba: no venderá directamente sus libros, sino que atenderá a la sección on line de varias librerías. Contra lo que ocurre en Inglaterra o Francia, en España son raras las editoriales que venden sus libros de papel desde sus webs. Sólo así se explica que en 2008 las librerías facturaran 3.000 millones de euros, pero la venta por Internet sólo 20 millones, cuatro menos aún que en 2004.
El sector editorial español descuenta que sólo si hay una oferta razonable y a buen precio dejarán sin sitio al acceso pirata a sus contenidos digitales. No quieren reeditar el fuera de juego de la industria audiovisual. Buscan evitar que los recelos de Sinde, el impasse de Bruselas -aún sin modelo definido más allá de Europeana- o la distancia española al Google Books lastren más el despegue de los contenidos editoriales digitales con apellidos propios. Los próximos meses serán el ahora o nunca para zambullirse en unas aguas a las que le han intentado tomar la temperatura durante meses en carne ajena tras los pasos de lectores como el Kindle y editoriales como Amazon, o Todoebook en España-.
Los cronómetros se aprietan. Ya hay 300.000 obras en español de dominio público en Internet; cuatro grandes plataformas de distribución buscarán su consolidación antes de que acabe 2010 -una agrupa a las tres mayores editoriales- y más de 10.000 e-books españoles estarán accesibles antes de mayo. De hecho, las cifras de facturación españolas del e-book no han cesado de mejorar desde 1999: Ya en 2008 se editaron en España 8.447 libros electrónicos, frente a los 220 de 1994. Y la cuota de venta de los libros electrónicos en España en 2008 fue del 1,33% con 42 millones de euros, un 21% más que el año anterior, y se estima que ese incremento cerrará 2009 con un nivel será cercano al 10%. Según el último informe del banco Credit Suisse, las ventas de e-books pasarán del millón de unidades registradas en 2008 a 32 millones en 2014. Ya en la Feria del Libro de Berlín 2009 le pusieron cifras a las líneas rojas de la industria en papel: los expertos del mercado germano calculan que en dos años el 25% del negocio será digital.
Los fabricantes y el sector editorial esperan que la utilización del soporte digital contribuya a fomentar la lectura entre un público tradicionalmente poco lector -el que va de los 15 a los 25 años. Miran a EE UU, no sólo a los tres millones de lectores que espera vender Amazon, ahora que la navidad ya ha hecho del kindle con 1,5 millones vendidos durante las fiestas- su producto estrella y de los e-books un objeto más vendido en Amazon que los libros de papel. Para 2010 se pasará en el mercado americano de tres a seis millones de dispositivos de lectura y serán 30 millones en 2013. Saben que del otro lado del Atlántico ya en Random House las ventas de libros digitales han significado un 4% y que por cada 100 ejemplares del último libro de Dan Brown vendidos en papel en Amazon se han descargado 120 en versión electrónica. Nada que pueda reproducir el mercado español. No hoy por hoy.
Algunos, como el libro electrónico Leqtor que comercializa el portal de Internet homónimo por 99 euros, rompen estadísticas: los primeros 5.000 ejemplares que pusieron a la venta en Navidad se agotaron en dos semanas; y en el primer mes y medio en funcionamiento de leqtoe.com registró más de 3.000 descargas. Hanwang Technology, el primer fabricante chino de libros electrónicos, vendió 400.000 unidades durante el pasado año y espera cuadruplicar esta cantidad durante el 2010. Y el 40% de sus ventas se producen en España, Italia y Rusia. Pero en general los precios de los lectores aún son altos, su penetración es minoritaria, la oferta tecnológica todavía nebulosa. Y casi ninguna de las grandes novedades que ahora mismo se venden en papel está disponible en formato electrónico. A diferencia de Reino Unido -donde aún cada descarga ronda los 20 euros- , en España, de los 10.000 títulos disponibles, aún la mayoría de la oferta son títulos 'antiguos' y literatura clásica, cuyos derechos de autor ya han caducado, lejos de la capacidad de elección de mercados como el estadounidense. No es casualidad que Sony que ha lanzado ya su lector en Reino Unido, Alemania, Suiza, Holanda y Francia -y además acaba de sellar un acuerdo con Ericsson y AT&T para impulsar el mercado los e-books Readers dotándoles de conexión de banda ancha móvil- espere aún en España a que haya suficientes contenidos.
En 2009 nadie quería dar el primer paso. En 2010 nadie quiere llegar tarde. Pero lo vuelve a recordar Ignacio Latasa, socio tecnológico de la agente Carmen Balcells en el portal Leer-e: "En España no habrá boom del libro digital mientras no haya textos en español para alimentar los e-books. Y eso como pronto no será hasta el segundo semestre. Se aferran a las fronteras aún incipientes del nuevo mercado y cruzan los dedos: si su calendario no falla, será el caldo de cultivo para el segundo semestre del año. Si 2009 fue la gestación dicen los grandes del sector- 2010 debería ser la consumación de su puesta de largo. Ésa que en el mercado nacional llegará con el bautismo de la plataforma digital fundada conjuntamente por los grupos Planeta, Random House Mondadori y Santillana para distribuir a todas las grandes librerías electrónicas, a partir de mayo casi 7.000 títulos, novedades incluidas. Siguen abiertos a nuevos socios, con Anaya en cabeza.
Las tres plataformas tendrán competencia como mínimo de una tercera, el proyecto ultimado por Edhasa y su participada Castalia, a partir de su distribuidora, Melisa, que se ha unido con Softline, empresa de software, especializada en el sector y apunta a alcanzar los 200 títulos y estar operativa antes del primer trimestre de 2010 con su plataforma, Zona e-books. Y grupos (como Urano, Edicat) aspiran a consolidar otros proyectos independientes. Y el proyecto de digitalización de Planeta. «Grup 62 empezará a publicar al mismo tiempo novedades en papel y en digital a través de Leqtor.
Las webs especializadas (todoebook, luarna, leer-e, o grammata) hace ya tiempo que venden lectores, desde los más básicos hasta modelos de casi 600 euros con pantalla táctil de gran tamaño y conexión wi-fi. Pero la disponibilidad de dispositivos lectores ha desbordado el ritmo de digitalización de los editores españoles. Y los usuarios esperarán, ahora que Microsoft ha decidido darle la vuelta al e-book y convertir el libro electrónico en un tablet PC táctil de entre 7 y 10 pulgadas con el programa Kindle para PC y formato también en pdf, que lanzará al mercado este año al menos un par de modelos de su Slate con pantalla táctil a color, que funcionan sobre Windows 7 y que sirven también para ver vídeo. La Tablet permitirá descargar libros directamente de Amazon y verlos a todo color y mantiene la capacidad de girar la orientación de la pantalla y disponer el texto en horizontal, así como la de subrayar y utilizar la conversión de texto a voz.
DE LOS LECTORES A LOS CONTENIDOS
Los lectores digitales pueden saltar a las aguas del mercado español adelantando por la derecha -al menos mientras tanto- a la industria tecnológica (desde memorias USB, grabadores de televisión a copiadoras o discos y grabadoras de DVD), que paga entre 0,17 y 227 euros por el canon unitario por copia privada en cada dispositivo. Podrán aprovechar además, entretanto, el fuera de juego de la ministra Sinde y la juventud de los contenidos editoriales digitales en España y eludir el pago del canon digital hasta el próximo verano, para disgusto de los autores y creadores de obras protegidas. Como adelantaba el Economista, el soporte no existía cuando se reformó la Ley de Propiedad Intelectual, aprobada en diciembre de 2007, ni cuando entró en vigor la Orden ministerial de junio de 2008 que la complementaba, que no tiene prevista su revisión en los calendarios de Moncloa y Cultura hasta el segundo semestre de 2010. El Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro) ha recurrido una Orden que -según las denuncias de la Federación de Gremios de Editores de España- favorecía con su "deficiente redacción" la exclusión del pago de canon de los e-books.
Pero el asustante que proclamaba Sinde para el mercado digital aún no se ha conjurado por completo. Ni siquiera en sus aristas más tecnológicas. Lo reconocían en diciembre, en la Cumbre de Durango los principales actores del sector en el País Vasco: de momento, a quien se aventure por la senda del libro electrónico le conviene hacerlo con el espíritu pionero de quienes se atrevieron con los primeros teléfonos móviles: aún a costa de pagar precios que dentro de unos pocos meses parecerán exorbitantes y consciente de que tal vez no acierte a la primera con el modelo que finalmente se imponga. Es el riesgo que tiene estar en primera línea. Muchas tiendas de eBooks incluso están ofreciendo actualmente un mismo título en tres o cuatro formatos distintos para poder comprar.
Más aún en los contenidos. Lo advertía Ignacio Latasa, director de Leer-e, en entrevista con La Voz de Galicia: las editoriales no están aún preparadas del todo para los libros electrónicos y de acuerdo entre "los afectados" dependerá la supervivencia de la industria, ahora que el boom del e-book llama a las puertas del mercado español. En 2007 se vendieron 300 dispositivos, pero este año esperan acercarse a los 10.000. Solo entre Sony y Amazon colocarán en el mercado más de tres millones de e-books este año. Lo sabe Latasa, ha entrado en el mercado de contenidos de la mano de Carmen Balcells y ofrecen a 5 euros 120 títulos de autores como Vargas Llosa, García Márquez, Vázquez Montalbán o Terenci Moix que se suman al catálogo propio de Leer-e, con casi 4.000 referencias, con precios de 2,5 a 25 euros.
LA TRANSICIÓN YA EN MARCHA
Nadie espera que el libro digital desplace al papel, no al menos en los próximos veinte años, como mucho otean un 2% para el conjunto del mercado digital, por más que la Feria de Frankfurt se atreviera a otear hace cuatro meses que en 2018 el libro digital superaría en ventas al de papel. Pero la transición española de los contenidos en soportes físicos a digitales se ha acelerado: según el II Informe de Contenidos Digitales de ASIMELEC, el mercado digital cerró 2008 con un crecimiento superior al 12%, pero "la industria española de música no logra rentabilizar el aumento de la demanda y el consumo", por lo que irrumpirán nuevos modelos de negocio basados en la suscripción tanto para descarga de música como para streaming. Para compensar las carencias, la FGEE ha puesto en marcha, junto a la Biblioteca Nacional, el programa Enclave, con el que los editores pueden hacer más visible su catálogo y que a partir del 30 de noviembre da acceso a 1.350 obras digitalizadas sujetas a derechos de autor.
Además, con Telefónica en cabeza, las operadoras españolas han comenzado a estudiar las posibilidades del libro electrónico para entrar en este nuevo negocio junto a las editoriales y fabricantes de dispositivos. Cuenta con la tecnología para la digitalización de contenidos, plataformas de distribución online -el teléfono móvil iPhone que comercializa tiene ya una aplicación del libro electrónico-; tarifas planas de datos de móviles y presencia en países de habla hispana. Y espera hacerse con una de las llaves a la puerta 'online a la cultura impresa con su apuesta por un nuevo entorno de disfrute de los contenidos informativos y editoriales, junto a los actores implicados del sector. La modificación de la forma de vender los libros permitirá que entren en el negocio nuevos agentes como son los buscadores y las operadoras de telecomunicaciones. Por eso, los de Alierta proponen la creación de un ecosistema de desarrollo con editoriales, proveedores de contenidos, universidades y centros de investigación para ayudar a completar el nuevo concepto de «uso conectado» de los textos digitales.
Les pisan los talones las descargas piratas de libros en la red al margen de la industria de contenidos -BitTorrent acaba de publicar su ranking-. Beben de las mismas fuentes: los libros sin copyright y la curiosidad de los primeros propietarios de e-readers en España por los best sellers que aún las editoriales no han digitalizado. Saben que los recelos oficiales, la orfandad de oferta digital real sería el mejor jardín para la piratería y que la oferta también jugará un papel clave en la consolidación de un mercado que ya ha incrementado su volumen de negocio en un 134% en apenas un año en EEUU. La industria editorial española no quiere pisar las huellas de la orfandad de ofertas comerciales que le han despejado el camino al comercio pirata en los demás contenidos digitales audiovisuales. Pero si pedían mano dura y sanciones ejemplares contra las descargas de internet y todo lo que consideran agresiones a los derechos de propiedad, González- Sinde y la disposición final de la Ley de Economía Sostenible se la dejarán a mano, aunque no lleguen hasta mayo o junio. Si exigían un estatus similar al del libro en papel, ya tienen sobre la mesa desde diciembre el IVA super-reducido al 4%. CEDRO (la asociación que agrupa a autores y editores de libros y publicaciones) se ha hecho sitio en la Coalición de Creadores e impulsa su propia web de libros digitales por suscripción. Todo con tal de no repetir la demonización de las descargas en internet, pero tampoco las zozobras de su mercado. Y aunque la Coalición se piensa aún su macroweb, Cedro presentó la web 'conlicencia.com' en el marco de la Feria Internacional de Contenidos Digitales (FICOD) de Madrid, para dejar a mano a los lectores millones de publicaciones -libros, revistas, partituras y periódicos- a través de licencias.
No eran sólo los estudios de Todoebook los que confíaban en los presagios de la firma de componentes informáticos Netronix: 2009 sería el bautismo del e-book en las aguas del mercado nacional. Lo ha sido para los e-readers, pero en el gota a gota, lo justo para convalidar las previsiones más prudentes de la industria española, las que descuentan que si 2009 fue clave para dar a conocer el producto entre los consumidores y convertirlo en un 'gadget' atractivo, 2010 tendrá que ser el año de la consolidación para los editores. El kindle fue en Navidad el producto más vendido de Amazon, que comercializa ya tantos títulos digitales como en papel. Nada que se haya contagiar al mercado español, aunque sólo en diciembre se vendieron 50.000 lectores, la mitad del total. Si esperaban 140.000 unidades al cierre de año, se conforman por ahora con un 40% menos, aunque han cumplido con casi un semestre de adelanto sus previsiones de rebasar el parque de 100.000 e-readers que 36L (la sociedad que ha lanzado la web Leqtor) descontaba para finales de 2010. Lo de los contenidos será otra historia: El año cero de los e-readers no será el año uno del libro digital. No en España. Lo saben los editores. La carrera desde ahora ya no es la curiosidad de los usuarios, sino la de precios, aplicaciones y ofertas a los lectores. Y su hora de la verdad la del bautismo oficial de la plataforma digital de Planeta, Random House Mondadori y Santillana en abril con más de 7.000 títulos. Será, ya, con el nuevo Tablet de Apple en la carrera de los lectores.
Ni la inseguridad jurídica -sin ley de propiedad intelectual adaptada aún- ni las obligaciones de certificados digitales e identificación de tarjetas SIM y la indefinición de un mercado aún por modelar han invitado hasta ahora a espantar los fantasmas de las editoriales, los libreros, los agentes o los autores, a invertir en la digitalización de libros, o a firmar acuerdos de cesión de derechos poco más allá de una tendencia casi experimental.
Pero si en 2009 nadie quería dar el primer paso, en 2010 nadie quiere llegar tarde. Hasta ahora, las grandes editoriales han visto desde el burladero de la espera una apuesta que no comenzará a ser rentable para ellos hasta dentro de cinco o diez años, cuando los contenidos digitales supongan el 10% de su facturación.
Como explicaba Núria Cabutí, la nueva consejera delegada de Random House Mondadori (RHM) -que lanzará en primavera la primera gran plataforma de contenidos de editoriales tradicionales junto con Planeta y Santillana- el libro digital requerirá inversiones muy grandes en poco tiempo para beneficios muy pequeños durante bastante tiempo. Por eso -y por los recelos del sector de las grandes librerías- hasta ahora la mayoría -sobre todo las grandes multinacionales en España- se han limitado a ayudar a los libreros haciendo de sus webs una plataforma de distribución electrónica. La propia plataforma que planean lanzar a partir de abrir es la mejor prueba: no venderá directamente sus libros, sino que atenderá a la sección on line de varias librerías. Contra lo que ocurre en Inglaterra o Francia, en España son raras las editoriales que venden sus libros de papel desde sus webs. Sólo así se explica que en 2008 las librerías facturaran 3.000 millones de euros, pero la venta por Internet sólo 20 millones, cuatro menos aún que en 2004.
El sector editorial español descuenta que sólo si hay una oferta razonable y a buen precio dejarán sin sitio al acceso pirata a sus contenidos digitales. No quieren reeditar el fuera de juego de la industria audiovisual. Buscan evitar que los recelos de Sinde, el impasse de Bruselas -aún sin modelo definido más allá de Europeana- o la distancia española al Google Books lastren más el despegue de los contenidos editoriales digitales con apellidos propios. Los próximos meses serán el ahora o nunca para zambullirse en unas aguas a las que le han intentado tomar la temperatura durante meses en carne ajena tras los pasos de lectores como el Kindle y editoriales como Amazon, o Todoebook en España-.
Los cronómetros se aprietan. Ya hay 300.000 obras en español de dominio público en Internet; cuatro grandes plataformas de distribución buscarán su consolidación antes de que acabe 2010 -una agrupa a las tres mayores editoriales- y más de 10.000 e-books españoles estarán accesibles antes de mayo. De hecho, las cifras de facturación españolas del e-book no han cesado de mejorar desde 1999: Ya en 2008 se editaron en España 8.447 libros electrónicos, frente a los 220 de 1994. Y la cuota de venta de los libros electrónicos en España en 2008 fue del 1,33% con 42 millones de euros, un 21% más que el año anterior, y se estima que ese incremento cerrará 2009 con un nivel será cercano al 10%. Según el último informe del banco Credit Suisse, las ventas de e-books pasarán del millón de unidades registradas en 2008 a 32 millones en 2014. Ya en la Feria del Libro de Berlín 2009 le pusieron cifras a las líneas rojas de la industria en papel: los expertos del mercado germano calculan que en dos años el 25% del negocio será digital.
Los fabricantes y el sector editorial esperan que la utilización del soporte digital contribuya a fomentar la lectura entre un público tradicionalmente poco lector -el que va de los 15 a los 25 años. Miran a EE UU, no sólo a los tres millones de lectores que espera vender Amazon, ahora que la navidad ya ha hecho del kindle con 1,5 millones vendidos durante las fiestas- su producto estrella y de los e-books un objeto más vendido en Amazon que los libros de papel. Para 2010 se pasará en el mercado americano de tres a seis millones de dispositivos de lectura y serán 30 millones en 2013. Saben que del otro lado del Atlántico ya en Random House las ventas de libros digitales han significado un 4% y que por cada 100 ejemplares del último libro de Dan Brown vendidos en papel en Amazon se han descargado 120 en versión electrónica. Nada que pueda reproducir el mercado español. No hoy por hoy.
Algunos, como el libro electrónico Leqtor que comercializa el portal de Internet homónimo por 99 euros, rompen estadísticas: los primeros 5.000 ejemplares que pusieron a la venta en Navidad se agotaron en dos semanas; y en el primer mes y medio en funcionamiento de leqtoe.com registró más de 3.000 descargas. Hanwang Technology, el primer fabricante chino de libros electrónicos, vendió 400.000 unidades durante el pasado año y espera cuadruplicar esta cantidad durante el 2010. Y el 40% de sus ventas se producen en España, Italia y Rusia. Pero en general los precios de los lectores aún son altos, su penetración es minoritaria, la oferta tecnológica todavía nebulosa. Y casi ninguna de las grandes novedades que ahora mismo se venden en papel está disponible en formato electrónico. A diferencia de Reino Unido -donde aún cada descarga ronda los 20 euros- , en España, de los 10.000 títulos disponibles, aún la mayoría de la oferta son títulos 'antiguos' y literatura clásica, cuyos derechos de autor ya han caducado, lejos de la capacidad de elección de mercados como el estadounidense. No es casualidad que Sony que ha lanzado ya su lector en Reino Unido, Alemania, Suiza, Holanda y Francia -y además acaba de sellar un acuerdo con Ericsson y AT&T para impulsar el mercado los e-books Readers dotándoles de conexión de banda ancha móvil- espere aún en España a que haya suficientes contenidos.
En 2009 nadie quería dar el primer paso. En 2010 nadie quiere llegar tarde. Pero lo vuelve a recordar Ignacio Latasa, socio tecnológico de la agente Carmen Balcells en el portal Leer-e: "En España no habrá boom del libro digital mientras no haya textos en español para alimentar los e-books. Y eso como pronto no será hasta el segundo semestre. Se aferran a las fronteras aún incipientes del nuevo mercado y cruzan los dedos: si su calendario no falla, será el caldo de cultivo para el segundo semestre del año. Si 2009 fue la gestación dicen los grandes del sector- 2010 debería ser la consumación de su puesta de largo. Ésa que en el mercado nacional llegará con el bautismo de la plataforma digital fundada conjuntamente por los grupos Planeta, Random House Mondadori y Santillana para distribuir a todas las grandes librerías electrónicas, a partir de mayo casi 7.000 títulos, novedades incluidas. Siguen abiertos a nuevos socios, con Anaya en cabeza.
Las tres plataformas tendrán competencia como mínimo de una tercera, el proyecto ultimado por Edhasa y su participada Castalia, a partir de su distribuidora, Melisa, que se ha unido con Softline, empresa de software, especializada en el sector y apunta a alcanzar los 200 títulos y estar operativa antes del primer trimestre de 2010 con su plataforma, Zona e-books. Y grupos (como Urano, Edicat) aspiran a consolidar otros proyectos independientes. Y el proyecto de digitalización de Planeta. «Grup 62 empezará a publicar al mismo tiempo novedades en papel y en digital a través de Leqtor.
Las webs especializadas (todoebook, luarna, leer-e, o grammata) hace ya tiempo que venden lectores, desde los más básicos hasta modelos de casi 600 euros con pantalla táctil de gran tamaño y conexión wi-fi. Pero la disponibilidad de dispositivos lectores ha desbordado el ritmo de digitalización de los editores españoles. Y los usuarios esperarán, ahora que Microsoft ha decidido darle la vuelta al e-book y convertir el libro electrónico en un tablet PC táctil de entre 7 y 10 pulgadas con el programa Kindle para PC y formato también en pdf, que lanzará al mercado este año al menos un par de modelos de su Slate con pantalla táctil a color, que funcionan sobre Windows 7 y que sirven también para ver vídeo. La Tablet permitirá descargar libros directamente de Amazon y verlos a todo color y mantiene la capacidad de girar la orientación de la pantalla y disponer el texto en horizontal, así como la de subrayar y utilizar la conversión de texto a voz.
DE LOS LECTORES A LOS CONTENIDOS
Los lectores digitales pueden saltar a las aguas del mercado español adelantando por la derecha -al menos mientras tanto- a la industria tecnológica (desde memorias USB, grabadores de televisión a copiadoras o discos y grabadoras de DVD), que paga entre 0,17 y 227 euros por el canon unitario por copia privada en cada dispositivo. Podrán aprovechar además, entretanto, el fuera de juego de la ministra Sinde y la juventud de los contenidos editoriales digitales en España y eludir el pago del canon digital hasta el próximo verano, para disgusto de los autores y creadores de obras protegidas. Como adelantaba el Economista, el soporte no existía cuando se reformó la Ley de Propiedad Intelectual, aprobada en diciembre de 2007, ni cuando entró en vigor la Orden ministerial de junio de 2008 que la complementaba, que no tiene prevista su revisión en los calendarios de Moncloa y Cultura hasta el segundo semestre de 2010. El Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro) ha recurrido una Orden que -según las denuncias de la Federación de Gremios de Editores de España- favorecía con su "deficiente redacción" la exclusión del pago de canon de los e-books.
Pero el asustante que proclamaba Sinde para el mercado digital aún no se ha conjurado por completo. Ni siquiera en sus aristas más tecnológicas. Lo reconocían en diciembre, en la Cumbre de Durango los principales actores del sector en el País Vasco: de momento, a quien se aventure por la senda del libro electrónico le conviene hacerlo con el espíritu pionero de quienes se atrevieron con los primeros teléfonos móviles: aún a costa de pagar precios que dentro de unos pocos meses parecerán exorbitantes y consciente de que tal vez no acierte a la primera con el modelo que finalmente se imponga. Es el riesgo que tiene estar en primera línea. Muchas tiendas de eBooks incluso están ofreciendo actualmente un mismo título en tres o cuatro formatos distintos para poder comprar.
Más aún en los contenidos. Lo advertía Ignacio Latasa, director de Leer-e, en entrevista con La Voz de Galicia: las editoriales no están aún preparadas del todo para los libros electrónicos y de acuerdo entre "los afectados" dependerá la supervivencia de la industria, ahora que el boom del e-book llama a las puertas del mercado español. En 2007 se vendieron 300 dispositivos, pero este año esperan acercarse a los 10.000. Solo entre Sony y Amazon colocarán en el mercado más de tres millones de e-books este año. Lo sabe Latasa, ha entrado en el mercado de contenidos de la mano de Carmen Balcells y ofrecen a 5 euros 120 títulos de autores como Vargas Llosa, García Márquez, Vázquez Montalbán o Terenci Moix que se suman al catálogo propio de Leer-e, con casi 4.000 referencias, con precios de 2,5 a 25 euros.
LA TRANSICIÓN YA EN MARCHA
Nadie espera que el libro digital desplace al papel, no al menos en los próximos veinte años, como mucho otean un 2% para el conjunto del mercado digital, por más que la Feria de Frankfurt se atreviera a otear hace cuatro meses que en 2018 el libro digital superaría en ventas al de papel. Pero la transición española de los contenidos en soportes físicos a digitales se ha acelerado: según el II Informe de Contenidos Digitales de ASIMELEC, el mercado digital cerró 2008 con un crecimiento superior al 12%, pero "la industria española de música no logra rentabilizar el aumento de la demanda y el consumo", por lo que irrumpirán nuevos modelos de negocio basados en la suscripción tanto para descarga de música como para streaming. Para compensar las carencias, la FGEE ha puesto en marcha, junto a la Biblioteca Nacional, el programa Enclave, con el que los editores pueden hacer más visible su catálogo y que a partir del 30 de noviembre da acceso a 1.350 obras digitalizadas sujetas a derechos de autor.
Además, con Telefónica en cabeza, las operadoras españolas han comenzado a estudiar las posibilidades del libro electrónico para entrar en este nuevo negocio junto a las editoriales y fabricantes de dispositivos. Cuenta con la tecnología para la digitalización de contenidos, plataformas de distribución online -el teléfono móvil iPhone que comercializa tiene ya una aplicación del libro electrónico-; tarifas planas de datos de móviles y presencia en países de habla hispana. Y espera hacerse con una de las llaves a la puerta 'online a la cultura impresa con su apuesta por un nuevo entorno de disfrute de los contenidos informativos y editoriales, junto a los actores implicados del sector. La modificación de la forma de vender los libros permitirá que entren en el negocio nuevos agentes como son los buscadores y las operadoras de telecomunicaciones. Por eso, los de Alierta proponen la creación de un ecosistema de desarrollo con editoriales, proveedores de contenidos, universidades y centros de investigación para ayudar a completar el nuevo concepto de «uso conectado» de los textos digitales.
Les pisan los talones las descargas piratas de libros en la red al margen de la industria de contenidos -BitTorrent acaba de publicar su ranking-. Beben de las mismas fuentes: los libros sin copyright y la curiosidad de los primeros propietarios de e-readers en España por los best sellers que aún las editoriales no han digitalizado. Saben que los recelos oficiales, la orfandad de oferta digital real sería el mejor jardín para la piratería y que la oferta también jugará un papel clave en la consolidación de un mercado que ya ha incrementado su volumen de negocio en un 134% en apenas un año en EEUU. La industria editorial española no quiere pisar las huellas de la orfandad de ofertas comerciales que le han despejado el camino al comercio pirata en los demás contenidos digitales audiovisuales. Pero si pedían mano dura y sanciones ejemplares contra las descargas de internet y todo lo que consideran agresiones a los derechos de propiedad, González- Sinde y la disposición final de la Ley de Economía Sostenible se la dejarán a mano, aunque no lleguen hasta mayo o junio. Si exigían un estatus similar al del libro en papel, ya tienen sobre la mesa desde diciembre el IVA super-reducido al 4%. CEDRO (la asociación que agrupa a autores y editores de libros y publicaciones) se ha hecho sitio en la Coalición de Creadores e impulsa su propia web de libros digitales por suscripción. Todo con tal de no repetir la demonización de las descargas en internet, pero tampoco las zozobras de su mercado. Y aunque la Coalición se piensa aún su macroweb, Cedro presentó la web 'conlicencia.com' en el marco de la Feria Internacional de Contenidos Digitales (FICOD) de Madrid, para dejar a mano a los lectores millones de publicaciones -libros, revistas, partituras y periódicos- a través de licencias.