SUSANA GAVIÑA | MADRID / ABC .- De «despropósito» calificó ayer Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, y miembro de la Plataforma Todoscontraelcanon (que agrupa a 27 asociaciones), las declaraciones realizadas a ABC por el presidente ejecutivo de la SGAE, Eduardo Bautista. «He leído la entrevista y me ha parecido un montón de despropósitos. Bautista confunde el comunismo con el libre mercado», afirmó a este periódico, sobre uno de los puntos de la intervención. En ella se refirió al canon y sostuvo que la aprobación de esta medida no ha encarecido los productos y que estos «han bajado de precio».
Sin embargo, Domingo disiente abiertamente: «El canon digital no ha aportado nada sino todo lo contrario, ha perjudicado a la industria porque los soportes vírgenes se han dejado de vender aquí. Los internautas prefieren comprarlos fuera de España o en el mercado negro, lo que ha provocado que muchos comercios pequeños hayan tenido que cerrar porque no podían asumir el canon, y que los pocos soportes vírgenes que se venden lo hagan en las grandes superficies», indica. Es por ello, que la Plataforma Todoscontraelcanon «ha impugnado la Ley de la Propiedad tanto en Bruselas como en la Audiencia Nacional. Incluso la propia Audiencia de Barcelona ha pedido paralizar todo el proceso de pago de las tiendas hasta que lo investigue». Y sentencia: «El canon ha incorporado a la crisis un gravamen».
También considera un despropósito comparar al Corte Inglés -«entidad que nadie critica por tener un margen de ventas del 40 por cierto», según Bautista-, y la SGAE» . «La diferencia -matiza Domingo- es que si yo no quiero no tengo porque comprar en el Corte Inglés, pero con el tema del canon y de la SGAE no tengo más remedio. Tengo que pagar haga copia privada o no. Algo inaceptable para el ciudadano».
Domingo también se hizo eco ayer de la vehemente crítica de Bautista sobre los medios de comunicación. «Les echa la culpa de su mala imagen como si la entidad no tuviera ninguna responsabilidad, cuando hace cuatro o cinco años la SGAE tenía una imagen inmaculada y era respetada. Ahora, SGAE y el concepto de propiedad intelectual han cambiado para gran parte de la sociedad». Y concluye que «no entendemos que el Gobierno le siga dando cancha».
Ésta no fue la única reacción a la entrevista. El responsable jurídico de Hispalinux, José María Lancho, en declaraciones a ABC, afirmó que «cuando hablamos de canon digital en realidad nos referimos a la compensación a la SGAE por la utilización de tecnologías de la información. Porque no sólo se grava el uso de los inexcrutables repertorios de la entidades de gestión sino de la totalidad de la actividad sobre tecnología informática que se hace en este país».
Hispalinux: La brecha digital
El abogado añadió que «si preguntaban por cuales son los elementos que componen la brecha digital de nuestra sociedad, uno de ellos desde luego es el llamado canon digital y la influencia política de los monopolios en este ámbito, entre ellos las entidades de gestión».
Por último, Lancho indicó que «gracias al argumento asumido por el gobierno de que la principal actividad comunicativa entre los españoles, al menos sobre plataformas digitales, consiste en la piratería se han creado las bases para limitar el acceso al conocimiento y controlar la capacidad de crear». Y auguró que «pronto le llegará el turno a la red y por supuesto a los derechos digitales, en una sociedad cada vez más cerrada, más pobre y menos democrática».
Sin embargo, Domingo disiente abiertamente: «El canon digital no ha aportado nada sino todo lo contrario, ha perjudicado a la industria porque los soportes vírgenes se han dejado de vender aquí. Los internautas prefieren comprarlos fuera de España o en el mercado negro, lo que ha provocado que muchos comercios pequeños hayan tenido que cerrar porque no podían asumir el canon, y que los pocos soportes vírgenes que se venden lo hagan en las grandes superficies», indica. Es por ello, que la Plataforma Todoscontraelcanon «ha impugnado la Ley de la Propiedad tanto en Bruselas como en la Audiencia Nacional. Incluso la propia Audiencia de Barcelona ha pedido paralizar todo el proceso de pago de las tiendas hasta que lo investigue». Y sentencia: «El canon ha incorporado a la crisis un gravamen».
También considera un despropósito comparar al Corte Inglés -«entidad que nadie critica por tener un margen de ventas del 40 por cierto», según Bautista-, y la SGAE» . «La diferencia -matiza Domingo- es que si yo no quiero no tengo porque comprar en el Corte Inglés, pero con el tema del canon y de la SGAE no tengo más remedio. Tengo que pagar haga copia privada o no. Algo inaceptable para el ciudadano».
Domingo también se hizo eco ayer de la vehemente crítica de Bautista sobre los medios de comunicación. «Les echa la culpa de su mala imagen como si la entidad no tuviera ninguna responsabilidad, cuando hace cuatro o cinco años la SGAE tenía una imagen inmaculada y era respetada. Ahora, SGAE y el concepto de propiedad intelectual han cambiado para gran parte de la sociedad». Y concluye que «no entendemos que el Gobierno le siga dando cancha».
Ésta no fue la única reacción a la entrevista. El responsable jurídico de Hispalinux, José María Lancho, en declaraciones a ABC, afirmó que «cuando hablamos de canon digital en realidad nos referimos a la compensación a la SGAE por la utilización de tecnologías de la información. Porque no sólo se grava el uso de los inexcrutables repertorios de la entidades de gestión sino de la totalidad de la actividad sobre tecnología informática que se hace en este país».
Hispalinux: La brecha digital
El abogado añadió que «si preguntaban por cuales son los elementos que componen la brecha digital de nuestra sociedad, uno de ellos desde luego es el llamado canon digital y la influencia política de los monopolios en este ámbito, entre ellos las entidades de gestión».
Por último, Lancho indicó que «gracias al argumento asumido por el gobierno de que la principal actividad comunicativa entre los españoles, al menos sobre plataformas digitales, consiste en la piratería se han creado las bases para limitar el acceso al conocimiento y controlar la capacidad de crear». Y auguró que «pronto le llegará el turno a la red y por supuesto a los derechos digitales, en una sociedad cada vez más cerrada, más pobre y menos democrática».
