LAIA REVENTÓS - El Pais"Lo esperaba desde hace tiempo, pero aun así ha sido una sorpresa que me responsabilicen del uso que hacen otros de las aplicaciones que he creado", aseguraba ayer Pablo Soto, madrileño de 28 años. Más de 20 millones de internautas utilizan la tecnología que él desarrolló en el año 2000 para intercambiar anónimamente archivos de audio a través de algunas de sus páginas web: Blubster, Piolet o Manolito P2P. Su empresa, MP2P Technologies, ofrece estas aplicaciones gratuitamente, a cambio de publicidad, o en versión premium por 14,95 euros.
Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, aseguró ayer que "Soto crea y comercializa una herramienta que incita a los internautas a descargarse contenidos protegidos". Y añade: "La gente se descarga todo tipo de música en formato MP3, incluida música copyleft o bajo dominio público, aunque el 99,9% está protegida por los derechos de autor".
Los demandantes argumentan en más de 100 folios que Soto desarrolló sus aplicaciones "con evidente ánimo de lucro" y con "una conducta parasitaria" para obtener provecho de la obra de otros. También exigen la clausura de las páginas.
Soto considera que camuflado bajo la "competencia desleal atacan a todo aquel que pretenda distribuir contenidos de forma alternativa al modelo tradicional. Lo único que hago es poner a disposición de los creadores de música libre el sistema de distribución de contenidos libres".
Soto está vinculado al movimiento copyleft por su condición de músico. Además forma parte desde hace tiempo de P2P United, un lobby que trata de convencer al Congreso estadounidense y a la opinión pública de la legalidad y utilidad de la tecnología P2P. Los abogados de Soto, David Bravo y Javier de la Cueva, aseguran que "la industria discográfica tradicional ataca los canales de distribución que el movimiento libre emplea con la excusa de que también sirve para descargar sus productos".
Una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de julio de 2007, en el mismo sentido que otra de un juzgado de primera instancia de Salamanca de abril del mismo año, hace referencia a la coexistencia en España de "diferentes modelos de difusión de contenidos en Internet. "El tradicional, basado en la protección de la copia (copyright), que busca una restricción del acceso o uso del contenido on line; y el que proporciona acceso libre on line a los contenidos, permitiéndose en ocasiones el uso personal de los mismos y, en otros supuestos, la difusión libre de la obra, su transformación e incluso su explotación económica, con la única condición de citar la fuente (copyleft)".
No es la primera vez que Promusicae persigue judicialmente la descarga de contenidos en Internet, aunque sí es la primera vez que demandan a un desarrollador de aplicaciones informáticas. El año pasado, una juez de Santander absolvió a un internauta al que pedían dos años de cárcel al fallar que compartir archivos no es delito si no existe ánimo de lucro, y además está amparado por el derecho de copia privada. Más recientemente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea apoyó el anonimato de las descargas en Internet. El tribunal rechazó la petición de Promusicae de que las operadoras desvelen las identidades de los internautas por denuncias civiles. Actualmente, los juzgados están archivando sistemáticamente las denuncias contra las webs de enlaces a los archivos P2P.
Los abogados de Soto también se preguntan: "¿Por qué Promusicae no demanda a Tim Berners-Lee, creador de Internet, o a los que ponen los cables de telecomunicaciones? Es como si demandaran al fabricante de un cuchillo que sirvió para asesinar a alguien". Guisasola replica que "Soto es el que fabrica y publicita cuchillos que sirven exclusivamente para matar. En mi opinión, algo de responsabilidad debe tener".
Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, aseguró ayer que "Soto crea y comercializa una herramienta que incita a los internautas a descargarse contenidos protegidos". Y añade: "La gente se descarga todo tipo de música en formato MP3, incluida música copyleft o bajo dominio público, aunque el 99,9% está protegida por los derechos de autor".
Los demandantes argumentan en más de 100 folios que Soto desarrolló sus aplicaciones "con evidente ánimo de lucro" y con "una conducta parasitaria" para obtener provecho de la obra de otros. También exigen la clausura de las páginas.
Soto considera que camuflado bajo la "competencia desleal atacan a todo aquel que pretenda distribuir contenidos de forma alternativa al modelo tradicional. Lo único que hago es poner a disposición de los creadores de música libre el sistema de distribución de contenidos libres".
Soto está vinculado al movimiento copyleft por su condición de músico. Además forma parte desde hace tiempo de P2P United, un lobby que trata de convencer al Congreso estadounidense y a la opinión pública de la legalidad y utilidad de la tecnología P2P. Los abogados de Soto, David Bravo y Javier de la Cueva, aseguran que "la industria discográfica tradicional ataca los canales de distribución que el movimiento libre emplea con la excusa de que también sirve para descargar sus productos".
Una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de julio de 2007, en el mismo sentido que otra de un juzgado de primera instancia de Salamanca de abril del mismo año, hace referencia a la coexistencia en España de "diferentes modelos de difusión de contenidos en Internet. "El tradicional, basado en la protección de la copia (copyright), que busca una restricción del acceso o uso del contenido on line; y el que proporciona acceso libre on line a los contenidos, permitiéndose en ocasiones el uso personal de los mismos y, en otros supuestos, la difusión libre de la obra, su transformación e incluso su explotación económica, con la única condición de citar la fuente (copyleft)".
No es la primera vez que Promusicae persigue judicialmente la descarga de contenidos en Internet, aunque sí es la primera vez que demandan a un desarrollador de aplicaciones informáticas. El año pasado, una juez de Santander absolvió a un internauta al que pedían dos años de cárcel al fallar que compartir archivos no es delito si no existe ánimo de lucro, y además está amparado por el derecho de copia privada. Más recientemente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea apoyó el anonimato de las descargas en Internet. El tribunal rechazó la petición de Promusicae de que las operadoras desvelen las identidades de los internautas por denuncias civiles. Actualmente, los juzgados están archivando sistemáticamente las denuncias contra las webs de enlaces a los archivos P2P.
Los abogados de Soto también se preguntan: "¿Por qué Promusicae no demanda a Tim Berners-Lee, creador de Internet, o a los que ponen los cables de telecomunicaciones? Es como si demandaran al fabricante de un cuchillo que sirvió para asesinar a alguien". Guisasola replica que "Soto es el que fabrica y publicita cuchillos que sirven exclusivamente para matar. En mi opinión, algo de responsabilidad debe tener".